Bernardo Bertolucci, del escándalo a la coronación con adiós a China
Nacido en Parma en 1941, hijo del poeta Attilo Bertolucci, sus pasos se dirigían hacia la literatura cuando en su camino se cruzó el director Pier Paolo Pasolini. Le ofreció ser su ayudante en su primera película, Accatone. Para algunos, discípulo de Pasolini. O marcado por su estética, su personalidad y su visión de la acción.
Amó el cine con pasión convirtiéndose en un adelantado. Su enorme talento quedó plasmado en El conformista (1968), la adaptación de la novela de Alberto Moravia sobre un fascista. Fue el momento en que surgió la estrecha unión con el director de fotografía Vittorio Storaro, el hombre clave en la carrera del director.
En 1972, con El último tango en París, golpeó con Marlon Brando y Maria Schneider, una historia de destrucción envuelta en la polémica y el escándalo. Novecento, en 1976, trazó, como en una gigantesca acuarela, la historia política de Italia desde la lucha socialista al fascismo. Con un gigantesco reparto con Robert De Niro, Gérard Depardieu, Donald Sutherland y Burt Lancaster.
Pero fue sobre todo su mirada sobre Puyi, el emperador de China derrocado por la revolución de 1911, lo que llevó su cine a sus cotas más altas. La primera producción internacional que pudo rodarse en la Ciudad Prohibida de Pekín. Un director apasionado por la fuerza del color, la magia de la belleza de los grandes escenarios, y la fuerza solemne de la naturaleza. De nuevo dejó su marca personal en El cielo protector (1990), adaptación del viajero Paul Bowles por Marruecos.
En 2007 recibió el León de Oro del Festival de Venecia por su carrera, y en 2011 la Palma de Oro honoraria en el Festival de Cannes. En su última etapa, esclavo de su espalda. Pero con su fiebre creadora intacta, la mirada preparada ante las grandes masas en acción, la fuerza de la música, el poder de la fotografía y la belleza de la grandeza. Un cine que permanece intacto en una larga carrera de cine de enorme grandiosidad, seducción, interrogantes destructivos, y trepidación. Adios a una de las grandes figuras de la cultura de Italia.
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