Documentar los crímenes de guerra del ISIS utilizando tecnología de punta
Cuando el Estado Islámico (ISIS) tomó control de Mosul en junio de 2014, una de sus primeras acciones fue destruir la estatua de Othman al Mosuli, uno de los más grandes poetas y músicos de la ciudad iraquí. Para los extremistas, la rica herencia musical de Mosul, representada por figuras como Othman al Mosuli y Ziryab, el virtuoso que introdujo el oud (laúd árabe) en Europa durante el siglo IX, debía ser eliminada.
El pasado miércoles, un hito marcó la resistencia cultural de Mosul: el renombrado maestro iraquí del oud, Naseer al Shamma, ofreció un concierto que inició con una de las composiciones más emblemáticas de Othman al Mosuli, "La madre de los ojos negros". Este acto, cargado de simbolismo, forma parte del proyecto Prisiones Virtuales del Estado Islámico (IPM), dirigido por el activista y periodista Amer Matar. Según Matar, el objetivo es recuperar "el espíritu real de Mosul" y demostrar que, aunque devastada, la cultura de la ciudad no ha sido derrotada.
Zain Hajahjah, arquitecta y miembro del equipo de IPM, enfatizó: "La cultura de Mosul fue arrasada, pero nunca destruida por completo". Este proyecto también sirve como homenaje a los músicos que sufrieron persecución, tortura e incluso muerte bajo el régimen del ISIS. "El ISIS odiaba la música y encarceló a muchos artistas", afirmó Matar.
Documentando crímenes de guerra con tecnología avanzada
El proyecto IPM es una iniciativa única que busca documentar los crímenes de guerra del ISIS utilizando tecnología de punta. Con la colaboración de más de 100 abogados, periodistas, activistas de derechos humanos, arquitectos y expertos en filmación 3D, se ha creado un museo virtual que permite recorrer el sistema de prisiones que el Estado Islámico estableció en Irak y Siria entre 2014 y 2017.
Según Zain Hajahjah, este espacio inmersivo combina tecnología digital y técnicas forenses para exponer las atrocidades cometidas por los yihadistas. La idea surgió a partir de la búsqueda personal de Amer Matar para localizar a su hermano, un fotógrafo secuestrado por el ISIS en agosto de 2013 en la ciudad siria de Raqqa.
Tras el colapso del régimen extremista en 2017, Matar descubrió la extensa red de cárceles establecida por el ISIS. "Cada muro y cada nombre marcado en las paredes de estas prisiones son parte de nuestra historia", explicó Matar, quien se convirtió en director del proyecto IPM. Durante este proceso, el equipo recopiló más de 70,000 documentos oficiales del ISIS, detallando la operación de sus cárceles y proporcionando nombres de presos y carceleros.
La primera exposición del proyecto IPM fue inaugurada el pasado miércoles en la sede de la UNESCO en París, coincidiendo con el concierto de Naseer al Shamma. Entre los elementos presentados destacan recreaciones en 3D de dos prisiones utilizadas por el ISIS en Mosul: la iglesia siriaca cristiana y la casa de Meydan, una vivienda privada convertida en cárcel.
El uso de tecnología 3D permite a los visitantes explorar estos espacios con un visor especializado, ofreciendo detalles precisos de las edificaciones, incluidos testimonios de antiguos presos. Muhammad Abed Saleh, por ejemplo, relató cómo fue arrestado en 2016 por vender cigarrillos, un acto prohibido bajo el régimen del ISIS. Tras ser torturado brutalmente, logró escapar saltando desde un tejado.
Otro testimonio impactante es el de una enfermera de Raqqa que, tras terminar su jornada laboral, fue secuestrada por militantes del ISIS simplemente por fumar un cigarrillo. La tortura que sufrió la llevó a perder un embarazo que había buscado durante 10 años, según relató Robin Yassin, miembro del equipo de IPM.
Además de preservar la memoria histórica, IPM colabora con tribunales europeos para aportar pruebas en casos contra miembros del ISIS, como el juicio en Alemania por las masacres de la tribu Al Shaitat en 2014. Según Zain Hajahjah, "hemos reconstruido tres edificaciones usadas como cárceles y recopilado los nombres de más de 10,000 presos".
El próximo desafío del proyecto es el desarrollo de Jawab (respuesta, en árabe), una base de datos sobre los desaparecidos. Amer Matar subraya la magnitud de este esfuerzo: "Sólo en Raqqa hay más de 110 fosas comunes". Este museo virtual, aunque doloroso, es un recordatorio de la resiliencia humana y del poder de la memoria cultural frente al terror.