Sin Nobel de Literatura, la peor crisis de la Academia Sueca

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Crisis sin precedentes en la historia de la Academia Sueca que se zanjó con el no otorgamiento del premio Nobel de Literatura, galardón que se suele otorgar a mediados de octubre. Así lo han decidido sus miembros, que esta pasada noche se han reunido para decidir si, a pesar del escándalo de abusos sexuales y filtraciones que salpicó a la institución de la lengua, continuaban adelante con el premio o si bien prorrogaban su entrega. 

Así, la segunda opción pesó más que la primera. Una posibilidad que se estaba barajando desde que aparecieran discrepancias internas sobre cómo abordar el escándalo por posibles acosos sexuales y filtraciones del nombre de los ganadores del certamen, según confirmó hace unos días el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin. 

Estos desacuerdos y encontronazos acabaron con la salida de seis de sus 18 miembros vitalicios, más otros dos que han abandonado el cargo por otras razones, y que llegaron a su punto álgido cuando escueta mayoría de miembros rechazó expulsar de la institución a Katarina Frostenson, la mujer del supuesto agresor.

Previamente a la decisión de posponer el otorgamiento del premio, varias personas del Comité del Nobel de Literatura y la Academia Sueca manifestaron que no debería fallarse este año. Una medida que serviría para recuperar la confianza en la institución.

Los hechos se remontan a noviembre del año pasado, cuando en vísperas a la entrega del galardón al escritor británico Kazuo Ishiguro el diario Dagens Nyheter publica un artículo en el que aparece el testimonio de 18 mujeres anónimas que aseguran haber sido víctimas de acosos sexuales, intentos de violación y violación entre 1996 y 2017 por parte de una importante figura cultural de Estocolmo. 

Finalmente, al cabo de unos días la prensa desvela el nombre del supuesto agresor: el fotógrafo Jean-Claude Arnault, muy vinculado al círculo literario de la Academia Sueca y marido de un miembro de la institución, Katarina Frostenson.

Sin embargo, las presuntas agresiones sexuales se habrían producido en otro piso que la Academia posee en el VII arrondissement de París, según el testimonio de las mujeres. El mismo lugar donde Arnault habría desvelado antes de tiempo el nombre de los ganadores del certamen con el objetivo de impresionar a sus visitas. 

El mismo mes en el que se destapó el escándalo la entonces secretaria permanente de la Academia, Sara Danius, reconoció ante la prensa que Arnault había acosado y asaltado a académicas, esposas de académicos, sus hijas, además de otras mujeres.

Además, la institución encargó una auditoría, que descartó que Arnault influyera en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club. Pero lo que sí confirmó la investigación es que la confidencialidad sobre el ganador del Nobel fue violada en varias ocasiones.

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