Acacias 38, la calle más famosa de la televisión salta a 1913
Los fans de la serie difrutarán con la evolución de algunos de los personajes más queridos, que convivirán con los nuevos vecinos, y que atraparán con las nuevas y potentes historias.
Samuel Alday (Juan Gareda) vuelve al barrio y no lo hace solo ni soltero. Genoveva (Clara Garrido), una joven sensual le acompaña y se instalará en la casa familiar junto a Carmen, que vuelve al servicio de los Alday. Genoveva dejará a los hombres embobados con su glamour y alegría, mientras que las señoras no verán con buenos ojos su forma de comportarse ni su simpatía con los caballeros. Genoveva intenta integrarse para vivir feliz por primera vez en su vida.
Por su parte, Lucía está casada con Eduardo (Paco Mora), un hombre enfermo e infeliz que finge ser un perfecto marido pero que en la intimidad no trata bien ni a Lucía ni a su hijo Mateo (Adrián Hernández). Lucía vive una vida de amargura y Úrsula se ha convertido en el ama de llaves e institutriz del pequeño, como ya lo hizo años atrás con Cayetana. La rutina diaria se rompe con la llegada de Telmo, que regresa para demostrar su inocencia y recuperar a Lucía.
Además, una nueva familia andaluza ha adquirido recientemente la antigua vivienda de los Palacios. Se trata de la familia Domínguez, que llega a la calle Acacias por todo lo alto. La mujer de la familia es la artista Bellita del Campo (María Gracia), que viene acompañada de su marido, el apuesto José Domínguez (Manuel Bandera) y su doncella de toda la vida, Arantxa (Gurutze Beitia). El matrimonio ha vuelto tras su gira por las américas para estar cerca de su hija Cinta (Aroa Rodríguez), interna en un colegio para convertirse en una auténtica señorita.
También la chocolatería La Deliciosa ha cambiado de manos y ha pasado a ser un restaurante, el Nuevo Siglo XX, regentado por la familia Pasamar, compuesta por Felicia (Susana Soleto) que, junto a sus hijos Emilio (José Pastor) y Camino (Aria Bedmar) se han ganado el cariño del barrio, integrándose con total normalidad.
El tiempo también ha pasado para los antiguos vecinos
El paso del tiempo se verá reflejado también en los antiguos vecinos. Lolita, convertida en una señora consolidada en el barrio, ha logrado montar el negocio que soñaba y se ha convertido en tendera de la mantequería Sueño de Cabrahigo. Su marido Antoñito ha tenido que madurar a pasos agigantados encargándose, durante estos años en los que Ramón ha estado en la cárcel, de todos los negocios de su padre. No lo ha hecho mal y preserva la mayor parte de la fortuna, incluyendo la mina de oro que gestiona a partes iguales con Rosina y Liberto, ahora convertidos en criados de Casilda para ocultarse de unos malhechores.
Mientras tanto, Felipe ha echado a perder su carrera entregándose a la lujuria y el desenfreno tras la pérdida de Celia.
Servando y Fabiana abandonan la portería y el altillo, respectivamente, por una nueva pensión llamada Buena noche que se ubica en el lugar de la antigua sastrería de Doña Susana, quien ya jubilada, permanece todavía en el barrio. También ha salido del altillo Marcelina, antigua criada que ahora se encarga del quiosco de prensa y flores, además de llevar la portería junto a su marido Jacinto.
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