"Cuando la persona calla, las piedras empiezan a gritar", la llamada de Francisco

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Solemnidad al final de la Semana Santa en los actos del Domingo de Resurrección. En la Vigilia Pascual, en el interior de la Basílica de San Pedro, en Ciudad del Vaticano, y en la misa de este domingo en la explanada ante la basílica, con m asiva asistencia, el Papa llamó a no ser amilanados, apocados, pusilánimes ante todo tipo de injusticias. De m nera muy gráfica lo resumió en su llamada de "cuando la persona calla, las piedras empiezan a gritar"

Pidió a los cristianos que no enmudezcan ante las injusticias que sufren las personas y se esfuercen por generar caminos de dignidad.

"El discípulo que se queda sin palabras al tomar conciencia de sus reacciones durante las horas cruciales en la vida del Señor: frente a la injusticia que condenó al Maestro, los discípulos hicieron silencio; frente a las calumnias y al falso testimonio que sufrió el Maestro, los discípulos callaron", dijo Francisco.

"Es el discípulo de hoy, enmudecido ante una realidad que se le impone haciéndole sentir, y lo que es peor, creer que nada puede hacerse para revertir tantas injusticias que viven en su carne nuestros hermanos".

Francisco advirtió que esta actitud silencia "la esperanza" y acostumbra a la persona a pensar que "siempre se hizo así", por lo que acaba "normalizando" las injusticias. "En medio de nuestros silencios, cuando callamos tan contundentemente, entonces las piedras empiezan a gritar", igual que gritó la del sepulcro en el que fue enterrado Jesús para decir que había resucitado.

Francisco subrayó que celebrar la Pascua es "volver a creer que Dios irrumpe y no deja de irrumpir" en la vida de las personas desafiando sus "conformantes y paralizadores determinismos".

"Este es el fundamento y la fuerza que tenemos los cristianos para poner nuestra vida y energía, nuestra inteligencia, afectos y voluntad en buscar, y especialmente en generar, caminos de dignidad. 'No está aquí... ha resucitado! Es el anuncio que sostiene nuestra esperanza y la transforma en gestos concretos de caridad".

En la Vigilia Pascual, Francisco bautizó a ocho adultos de Albania, Italia, Nigeria, Perú y Estados Unidos. Este domingo, tras la misa, imparte la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y al mundo) desde la basílica del Vaticano.
 
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