Cumbre G-7 con confesiones, brecha y enfrentamientos, y un apuñalamiento
Conviene recordar que el G-7 es una alianza sin barreras ideológicas, con disposición para coordinar sus políticas hacia la consecución de objetivos comunes y la voluntad para establecer algunos medios técnicos de cooperación.
En Las confesiones de Roberto Andó, que llega a los estrenos de cine destacados, los economistas más importantes del mundo se reúnen en el marco de una reunión del G-8 (hoy G-7) en un hotel de lujo de la costa alemana. Uno de los misteriosos invitados es un monje italiano, convocado por Daniel Rochè, director del Fondo Monetario Internacional.
Quiere que el monje (Toni Servillo, con el hábito de un cartujo bajo el nombre de Roberto Salus) le confiese, esa misma noche, en secreto. A la mañana siguiente, Rochè aparece muerto. Los economistas, en un clima de breca y enfrentamiento, tendrán que ser los detectives que resuelvan el misterio del fallecimiento de una de las personas más influyentes del mundo.
No es ningún secreto que Toni Servillo es el mejor actor italiano del momento. En sus inmediatos proyectos se encuentra interpretar a Silvio Berlusconi para la nueva película de Paolo Sorrentino, cuyo guión escribe también el director.
Después del Oscar por La gran belleza (2013) de Sorrentino, Toni Servillo se viste en Las confesiones con el hábito de monje cartujo, bajo el nombre de Roberto Salus. Es un thriller sobre el poder con nervio y relato narrativo. Y una actuación impecable de Toni Servillo, y del presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Daniel Roché (Daniel Auteuil).
Desea confesarse con el monje y lo convoca a su habitación en plena noche. El diálogo de ambos es el momento central. El monje Salus no absuelve a Roché al no arrepentirse. A la mañana siguiente encuentran a Roché muerto. Se produjo el apuñalamiento. En el G-8 se teme que el cartujo sepa demasiado. La acción a partir de ese momento envuelve al espectador. Excelente la música de Nicola Piovani y la foografía de Maurizio Calvesi.
Intenso el duelo interpretativo de Toni Servillo y Daniel Auteuil. Va marcando todo el ritmo dramático de un clima envuelto en una crisis inmimente y presentida. Llega con la muerte súbita en el corazón del G-8. En absoluto es una película desdeñable porque aborda temas trascendentes. Una mmezcla de intriga y espiritualidad que recuerda El nombre de la rosa pero que avanza con solidez y frescura bajo la dirección precisa de Roberto Andó.
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