La Galicia mágica, la ría de Bilbao y los tesoros ocultos de Cantabria

fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
Comando al sol sube este lunes al tren de los faros para despedir el verano en la Galicia mágica y buscando el norte. El equipo aguantará la respiración colgado de una cuerda para atravesar la ría de Bilbao. El veraneo al fresco acabará descubriendo los tesoros ocultos en Cantabria, paraíso de las cuevas. Bienvenidos al Norte, esta semana, en Comando al sol.
 
Tren de los faros

El programa atravesará la puerta del paraíso, pisará territorios de meigas y descubrirá conjuros y misterios escondidos desde el Tren de los Faros con la reportera Bea Viaño. Galicia es su sitio de recreo; lleva Galicia en las venas, como Joaquín lleva el Cantábrico en la sangre. Nació al norte del norte y es uno de los guías que mejor conoce la Galicia recóndita y enigmática.

Se mostrará la única playa de arena negra no volcánica que hay en el mundo, los acantilados más altos de Europa y llegarán hasta San Andrés de Teixido donde dicen “hay que ir de vivo para no ir de muerto”.
 
Acantilados de vértigo

Alejandro
trabaja literalmente colgado de una cuerda pintando fachadas, cuando deja de limpiar cristales o de tapar grietas lanza una cinta entre acantilados por la que camina descalzo, desafiando al vacío. Es un equilibrista del abismo.

Su penúltima hazaña es atravesar la ría de Bilbao en equilibrio sobre una cuerda y sujetando una pizza con las manos. Miles de personas contemplan el desafío con la boca abierta mientras disfrutan de los mundiales de clavadistas.

Frente al Guggenheim, Carlos Jimeno es el único y el primer español que se lanza al vacío ante la mirada atenta de su madre que en cada salto contiene la respiración.
 
Tesoros bajo tierra

Cantabria, con 4.000 grutas bajo tierra, es el paraíso de las cuevas. Dice Marcos, mientras guía a los reporteros por el subsuelo entre formas caprichosas y enrevesadas, que la cueva de El Soplao es la capilla Sixtina subterránea. Lleva una década enseñándola a las cien mil personas que recorren al año sus galerías por los mismos lugares por los que antiguamente se bajaba a la mina.

Muy cerca de El Soplao construye Hilario sus albarcas. Es uno de los últimos albarqueros que quedan en España. Treinta horas tarda en pulir la madera para construir el calzado rústico que evita la humedad en invierno y que busca el turismo en verano casi tanto como el dulce cántabro más elegido por quienes llegan a Cantabria; hojaldre, almendra y azúcar: las corbatas de Unquera. 
Compartir en: