El jefe infiltrado es expulsado de su propio obrador

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Este jueves, laSexta emite, a partir de las 22.30 horas, una nueva edición de El Jefe infiltrado. El director de calidad de La Emilita se pondrá manos a la masa para comprobar que sus trabajadores y sus productos cumplan todos los procedimientos de la empresa.

Desde hacer churros o palmeras a repartir el producto a sus clientes, el jefe infiltrado pondrá a prueba a sus trabajadores llegando a ser expulsado de su propia empresa.

Daniel Medrano, director de calidad de La Emilita, empresa líder en el sector de la churrería que está a punto de realizar su expansión internacional, se infiltrará entre sus empleados para comprobar si sus trabajadores, que son el cimiento de la empresa, están preparados para dar este importante salto.

¿Quién puede negarse a un chocolate o café con leche con churros? El grupo La Emilita es el número uno en elaboración de churros en toda España. Con una facturación de más de seis millones de euros, produce diez millones de churros al año.

La historia de esta empresa se remonta a la década de 1940, cuando doña Emilia paseaba por las calles de Madrid con una cesta de churros recién hechos.

Daniel Medrano es un jefe muy exigente consigo mismo y con sus trabajadores y sabe que todos los productos de La Emilita tienen que salir perfectos. Daniel se infiltrará como Javito, el eterno adolescente que sigue viviendo con y de sus padres. Los trabajadores de La Emilita creerán que Javito está participando en un concurso televisivo llamado Vete de casa ya, dónde lo ha apuntado su padre para que encuentre un trabajo y por fin se independice.

La infiltración se inicia en el obrador de churrería, en el que sólo se trabaja de madrugada, por lo que está fuera del control de la dirección. Allí se encontrará con un encargado muy exigente y que se toma tan en serio su trabajo que acaba echando al jefe infiltrado por entorpecer el trabajo.

También trabajará como repartidor con un trabajador muy peculiar y con muchos fallos, pero con un gran carisma para fidelizar a los clientes, dos cuestiones que el jefe tendrá que sopesar a la hora de tomar una decisión.

En el obrador de hojaldre comprobará si la palmera, uno de sus productos más demandados, está saliendo en perfecto estado y en el obrador de bollería se encontrará con un trabajador que prefiere las prisas al cuidado del producto.

Además de saber si sus trabajadores están cumpliendo todos los protocolos, y verificar que sus productos siguen siendo de primera calidad, lo más gratificante para este jefe infiltrado será conocer las historias de vida y lucha de sus empleados.
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