Naida Abanovich, del equipo de Bustamante, ganadora de La Voz
Enorme nivel de los finalistas de final La Voz Senior. La final se convirtió en una auténtica noche de emociones con los nervios a flor de piel. La segunda edición del talent show de Antena 3 coronó a Naida Abanovich, del equipo de Bustamante, como la mejor voz senior de España.
Antes de la decisión final, los finalistas tuvieron la oportunidad de cantar junto a Helena Bianco, la ganadora de la primera edición de La Voz Senior. La decisión ya no estaba en manos de los coaches: Rosana, Pastora Soler, Antonio Orozco y Bustamante, pues fue el público del plató el encargado de dar su última palabra.
Durante la última gala, los espectadores pudieron disfrutar de las grandes actuaciones de los ocho talents que han llegado hasta la final. Comenzó el equipo de Antonio Orozco con Emi Bonilla cantando Trebole y Nico Fioole con You make me feel so young. Tras ellos llegó el equipo de Pastora Soler con Fernando Demon interpretando Unchain my heart y Juana con La gata bajo la lluvia.
El tercero fue Bustamante, que dio paso a Fernando Libén y sus Dos gardenias y Naida con Ebben N’Andro Lontana. Por último, Rosana disfrutó de Los tres aries cantando Para toda la vida y Mingo que, junto a su piano, interpretó For once in my life.
Naida Abanovich, una voz de ópera
Naida cantaba ópera en el Auditorio Nacional de Baku (Azerbayan), donde vivió hasta principios de los años 90 con su marido y sus hijos. En 1991, la guerra entre cristianos y musulmanes obligó a la familia a huir del país y refugiarse en Minsk, ciudad natal de Naida, que empezó a dar clases de canto para sostener a su familia.
En 2003, la muerte de su marido y el paro de sus hijos, fuerzan a Naida a emigrar a España, en concreto a Baleares, para trabajar como limpiadora.
Desde 2005, Naida canta todos los días arrastrando su altavoz de 13 kg por el casco histórico; reconoce que es duro cantar en la calle, pero disfruta mostrando su talento a los paseantes.
Naida no tiene televisión y nunca había visto La Voz, por lo que ha vivido su participación entre la incredulidad y la sorpresa, pero confiando en que la suerte le sonría por fin.