La noche de Halloween, el mal en estado puro con Jamie Lee Curtis

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Puede que la película más esperada del año por parte del público amante del cine de terror sea La noche de Halloween, una cinta que llega 40 años después de la original del mismo título, filmada por John Carpenter en 1978.

Desde que se anunció ésta película estaba claro que la controversia estaba asegurada. Una cantidad importante de gente ya despreciaba la cinta desde su mismo concepto pese a que lo que iba llegando se notaba un que era respetuoso con el metraje original, y poco importaba que el mismo John Carpenter, padre de la saga, diera su visto bueno al proyecto. 

La cinta muestra a Laurie Strode, el personaje de Jamie Lee Curtis, todavía atormentada por los sucesos de la fatídica noche del 78. La pesadilla se repetirá cuando un inesperado suceso provoca el regreso del psicópata Michael Myers. El añadir a Judy Greer (remake de Carrie, Jurassic World) y Andi Matichak como hija y nieta aportan profundidad al personaje de Jamie y, aún con los tópicos de los slasher, son bastante útiles en combate.

Hay que recordar que a finales de los años setenta, el slasher era un subgénero de terror que todavía no se había explotado profusamente como se haría en décadas posteriores, de modo tal que había mucho margen de maniobra para sorprender al espectador e innovar en la narrativa.

Esto no solo hizo que la película diera lugar al chorro de títulos antes mencionados, convirtiéndose en una de las franquicias más rentables del género, sino que incluso diera lugar a otras sagas con las que guarda importantes similitudes, como Viernes 13 Pesadilla en Elm Street

John Carpenter y Debra Hill alumbraron a uno de los villanos por antonomasia del horror, convirtiéndolo en un icono que se grabó a fuego en el ideario colectivo, gracias también al pegadizo e inquietante tema musical que acompañaba su falta de humanidad.

El éxito de esta nueva Halloween reside en el logro de haber sabido encontrar el punto cómico sin necesidad de humillar o convertir en un bufón al villano. También aprovechó la desestabilidad emocional del personaje de Jamie Lee Curtis para generar desternillantes situaciones en momentos de puro terror.

En la película de 1978 sólo cometía cinco asesinatos, aquí triplica las muertes para convertirse en un slasher ochentero muy vistoso. Los escritores Jeff Fradley y Danny McBride no entran en la psicología de Michael, como hizo Rob Zombie en sus dos remakes, ni buscan ningún sentido a lo que hace por lo que se queda con cierta nostalgia al original. 
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