Padre e hijo a punto de llegar a las manos en un tex-mex
Pepe´s Cantina nació de una historia muy particular: su dueño, Pepe, abrió el primer restaurante mexicano de Ámsterdam. Y fue un éxito. Años después, con la experiencia y el buen sabor de boca bajo el brazo, regresó a España y abrió el Pepe´s Cantina en Rota. Sin embargo, después de varios años de éxito el restaurante se desmorona.
El conflictivo carácter del dueño, la difícil relación con su hijo y completo descontrol entre la cocina y la sala se suman a una comida dura, seca y a la que le falta cualquier atisbo de sabor.
Para Pepe, el descenso de americanos en la base de Rota ha provocado una caída de clientes, pues son ellos lo más devotos de la comida mexicana. Para su hijo José Carlos, que trabaja como ayudante de cocina, el problema está en el carácter de su padre, que no acepta críticas. Y María, la camarera, está convencida de que la mala organización y la difícil relación de Pepe con su hijo y con los clientes es lo que ha provocado la caída de clientes.
Sin embargo, Alberto Chicote descubrirá que hay mucho más detrás de esta cantina y que no va a ser nada fácil intentar reconducir un negocio como este.
Un dueño que no da ni una en la cocina… “porque Alberto Chicote le saca de quicio”
Le llegada de Alberto Chicote al Pepe´s Cantina será apoteósica: nada más intentar entrar por la puerta se queda con el picaporte en la mano. Está roto y la puerta no se puede abrir por fuera. Bingo. Lo que llegará después estará en la misma línea. Desorganización total, comida de mala calidad, grasa “petrificada” en la cocina, recipientes no aptos para alimentos, una nevera de casi cuarenta años…
Pero lo más difícil será lidiar con el carácter de Pepe, un dueño que también ejerce de cocinero, coctelero y camarero si hace falta pero que ejerce su liderazgo de una forma muy sui generis. Terco como nadie, Pepe cree saber cómo se hacen todas las cosas pero es incapaz de aceptar las críticas de su hijo, de la camarera y del propio chef Chicote, al que culpa de sus imperdonables errores en la cocina con la excusa de que Alberto le “saca de quicio”. Mentir a Chicote cada vez que no sabe salir del atolladero tampoco ayuda a resolver los problemas de la cantina.
A medida que pasa el tiempo la convivencia con Pepe se vuelve más insoportable. Una mayor cantidad de clientes de lo esperado acaba por desatar la tormenta en el restaurante, que acaba completamente desbordado. Los gritos cada vez son más irritantes, los clientes cada vez están más descontentos y la tensión termina por explotar en un angustioso y violento cara a cara entre padre e hijo que a punto están de llegar a las manos.
Alberto Chicote se encuentra completamente descolocado ante un dueño que no atiende a razones y ante una situación inadmisible. Sólo Pepe puede con su actitud cambiar las cosas. De no hacerlo, el Pepe´s Cantina no tardará en ser un simple recuerdo.
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