Prisas de Julio Iglesias por cerrar sus memorias y vender en Indian Creek
¿Por qué estas prisas por cerrar sus memorias? ¿Qué le llevó a afincarse en Ojén, donde se casó con Miranda en 2010? ¿A qué se debe la orden de vender su tesoro de Indian Creek? ¿Por qué surgió un rumor tan fuerte que Sony tuvo que desmentir?
La vida puede ser muy larga. Julio Iglesias lo espera sabiendo que a su espalda, que le exige dedicación, se ha unido un corazón al que tiene que cuidar y que dispara todo tipo de rumores. Su vida de Punta Cana, con sus escapadas a Santo Domingo para escuchar en vivo las bandas del merengue más estruendoso de la capital, en el gigantesco casino del hotel Jaragua, por el momento está cerrada.
Para la rentrée, los planes de Julio en octubre son ambiciosos. Sobre todo quiere publicar su biografía, que es su misión prioritaria en el descanso en Ojén. Pero además está dispuesto a volcarse con su hijo Rodrigo y ser el productor de su primer disco. Julio ha comentado en su círculo más próximo que Rodrigo se convertirá en un fenómeno, el nuevo Justin Bieber.
En Ojén, sus propiedades muy cerca de Marbella que suponen la mansión principal, la casa de invitados y la vivienda para el servicio, Julio Iglesias se ha reunido con Florentino Pérez y Emilio Butragueño. La cita prevista en Miami, en la gira americana del Real Madrid, se trasladó a su descanso en Andalucía donde busca paz, serenidad y sosiego.
Florentino le expuso a Julio un proyecto formidable, ser la imagen internacional del Real Madrid durante 2018. En el mismo año podría celebrarse un macroconcierto en el Santiago Bernabéu que sería un acontecimiento mundial en el momento de celebrar sus bodas de oro con la música.
Julio Iglesias (73) y Miranda Rijnsburger (51) tratan por el momento, y ante todo, de tener paz en Ojén, la finca reforestada tras sufrir un grave incendio. Suspendió todas sus actividades porque quiere estar plenamente recuperado en 2018. Pero sabe que su salud exige constante atención.
Sus movimientos ahora son muy escrutados. Puede estar todo este mes de julio y agosto en Ojén, sin ningún acto, o acudir a Marbella a un evento filantrópico. Este muro de silencio se ha visto alterado por rumores que surgieron en República Dominicana y se dispararon en América Latina sobre un problema de corazón que se uniría a su delicada espalda. La propia compañía Sony se vio obligada a cortar estos rumores intensos que insisten en que Julio Iglesias quiso afincarse en Ojén para tener sus papeles en orden.
Los rumores se han avivado precisamente al conocerse que Julio decidió vender su tesoro de 3,24 hectáreas en Indian Creek, la mítica isla de Miami. Es una operación de 150 millones de dólares (en torno a 130 millones de euros) encargada a la inmobiliaria The Jills.
En Ojén, sólo silencio y aparente paz de quien hoy vive entre Estados Unidos, Republica Dominicana y España y siente Punta Cana como el verdadero paraíso para él y Miranda, donde su gran familia ha crecido y ha vivido con enorme felicidad.
La vida puede ser muy larga. Julio Iglesias lo espera sabiendo que a su espalda, que le exige dedicación, se ha unido un corazón al que tiene que cuidar y que dispara todo tipo de rumores. Su vida de Punta Cana, con sus escapadas a Santo Domingo para escuchar en vivo las bandas del merengue más estruendoso de la capital, en el gigantesco casino del hotel Jaragua, por el momento está cerrada.
Para la rentrée, los planes de Julio en octubre son ambiciosos. Sobre todo quiere publicar su biografía, que es su misión prioritaria en el descanso en Ojén. Pero además está dispuesto a volcarse con su hijo Rodrigo y ser el productor de su primer disco. Julio ha comentado en su círculo más próximo que Rodrigo se convertirá en un fenómeno, el nuevo Justin Bieber.
En Ojén, sus propiedades muy cerca de Marbella que suponen la mansión principal, la casa de invitados y la vivienda para el servicio, Julio Iglesias se ha reunido con Florentino Pérez y Emilio Butragueño. La cita prevista en Miami, en la gira americana del Real Madrid, se trasladó a su descanso en Andalucía donde busca paz, serenidad y sosiego.
Florentino le expuso a Julio un proyecto formidable, ser la imagen internacional del Real Madrid durante 2018. En el mismo año podría celebrarse un macroconcierto en el Santiago Bernabéu que sería un acontecimiento mundial en el momento de celebrar sus bodas de oro con la música.
Julio Iglesias (73) y Miranda Rijnsburger (51) tratan por el momento, y ante todo, de tener paz en Ojén, la finca reforestada tras sufrir un grave incendio. Suspendió todas sus actividades porque quiere estar plenamente recuperado en 2018. Pero sabe que su salud exige constante atención.
Sus movimientos ahora son muy escrutados. Puede estar todo este mes de julio y agosto en Ojén, sin ningún acto, o acudir a Marbella a un evento filantrópico. Este muro de silencio se ha visto alterado por rumores que surgieron en República Dominicana y se dispararon en América Latina sobre un problema de corazón que se uniría a su delicada espalda. La propia compañía Sony se vio obligada a cortar estos rumores intensos que insisten en que Julio Iglesias quiso afincarse en Ojén para tener sus papeles en orden.
Los rumores se han avivado precisamente al conocerse que Julio decidió vender su tesoro de 3,24 hectáreas en Indian Creek, la mítica isla de Miami. Es una operación de 150 millones de dólares (en torno a 130 millones de euros) encargada a la inmobiliaria The Jills.
En Ojén, sólo silencio y aparente paz de quien hoy vive entre Estados Unidos, Republica Dominicana y España y siente Punta Cana como el verdadero paraíso para él y Miranda, donde su gran familia ha crecido y ha vivido con enorme felicidad.
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