Ralph rompe Internet, ¿la crítica encubierta de Disney al machismo?

fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
Llega a la gran pantalla la primera secuela de una franquicia Disney como Ralph rompe Internet, al menos desde que lo hiciera Fantasia 2000. Hace ya seis años, ¡Rompe Ralph! tuvo una buena acogida, presentando a un nuevo grupo de personajes cuyas aventuras se desenvolvían en los recreos dentro de sus respectivas arcades.

La sinopsis revela que ahora Litwak da un paso más y se informatiza, conectando su sala a una red Wifi y permitiendo que Vanellope y Ralph, ya amigos incondicionales, se introduzcan en un nuevo mundo que les resulta tan fascinante como desconocido. Internet rebosa vida y está plagado de aplicaciones y avatares de ciberusuarios con los que tendrán que interactuar para alcanzar sus metas.

Su motivación será la de salvar el juego Sugar Race, cuando por accidente se rompe el volante que utilizan los usuarios para jugar... Si no consiguen uno nuevo, la máquina podría ser vendida por piezas, de modo que deciden jugársela en eBay pujando para conseguir el único disponible.

Sin embargo, pronto se darán cuenta de que reunir el dinero suficiente para ello no es nada fácil y lo probarán todo: desde encontrar tesoros en videojuegos online hasta convertirse en estrellas de una conocida red social de vídeos caseros.

A lo largo de esta aventura se encontrarán pop-ups, memes, spams y hasta teclados predictivos con los que tendrán que aprender a lidiar sobre la marcha, aunque también tendrán poderosos aliados como Yess, el algoritmo que conoce qué es tendencia en cada momento o Shank, una valiente conductora en la que Vanellope verá a una especie de hermana mayor en la que mirarse.

Los mejores momentos de esta nueva aventura de Ralph suceden en la interacción con un sinfín de personajes conocidos, algunos cameos bastante sorpresivos y agradables, más el interminable desfile de conocidas marcas propias de la web, tanto sitios como aplicaciones, que son integrados de manera inteligente dentro del relato, destacando la visita de la pequeña Vanellope al sitio de Disney y su interacción con las diferentes princesas.

El propio estudio aprovecha para burlarse de sus míticas princesas. En la secuencia, aparece Vanellope rodeada de algunas de las famosas soberanas (Blancanieves, Cenicienta, Bella, Rapunzel…). Tras hablar un rato con ellas, la protagonista acaba descubriendo que no son tan pánfilas como ella pensaba en un inicio. Es más, todas ellas acaban accediendo a cambiar sus incómodos vestidos por ropa deportiva más confortable.

Muchos han señalado que, en este momento exacto, Disney critica todos los estereotipos sexistas y desfasados con los que han acarreado en sus cuentos dejando claro que la compañía es muy consciente del mensaje que nos dio en un pasado y que ya no quiere seguir difundiendo.

Además, la película "se moja" a la hora de retratar la parte más oscura de la Red de redes y muestra su otra cara: desde la Dark Web, hasta las relaciones tóxicas pasando por los trolls y los virus. Incluso se atreve a llevar el asunto a un terreno más íntimo, al establecer una comparativa entre la forma en la que se replican, aprovechando una debilidad y cómo los propios humanos son los culpables de llevar a cabo comportamientos inapropiados. 

Compartir en: