El escándalo ha escalado al Parlamento británico, donde se exige transparencia.

El escándalo del espía chino que sacude a la familia real británica

El príncipe Andrés, conocido como la "oveja negra" de la familia real, vuelve a estar en el centro de una nueva controversia, esta vez relacionada con un supuesto espía chino identificado con el nombre en clave "H6". Según informes, este agente llegó a visitar importantes residencias reales como el Palacio de Buckingham y el castillo de Windsor, aprovechando su cercanía con el duque de York para acceder a información sensible.

Ante la gravedad de las acusaciones, el rey Carlos III ha tomado una medida contundente: excluir a Andrés de las festividades navideñas en la residencia de Sandringham. En lugar de unirse al resto de la familia real, Andrés y su exesposa, Sarah Ferguson, pasarán la Navidad en Royal Lodge, en Windsor. Esta residencia de lujo, que ha sido el hogar de ambos durante años, está actualmente en disputa, ya que el monarca busca desalojarlos de la propiedad.

El escándalo ha escalado al Parlamento británico, donde se exige transparencia sobre la relación del príncipe con el espía identificado como Yang Tengbo, un empresario chino y exlíder del Hampton Group, una constructora con más de dos décadas de operaciones en el Reino Unido. Yang fue fotografiado anteriormente junto a figuras prominentes como David Cameron y Theresa May, cuando ambos ocupaban el cargo de primeros ministros.

Keir Starmer y las tensiones diplomáticas con China

La polémica llega en un momento crítico para el gobierno laborista liderado por el primer ministro Keir Starmer, quien busca fortalecer los lazos con el presidente chino Xi Jinping. Tras una reunión bilateral en la reciente cumbre del G20, el objetivo de acercamiento con China ha sido cuestionado por varios diputados conservadores, que han solicitado una revisión exhaustiva de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El Departamento de Interior detectó las actividades sospechosas de Yang Tengbo en 2023, prohibiéndole la entrada al Reino Unido por participar en "operaciones encubiertas" presuntamente vinculadas al Partido Comunista Chino. Según informes oficiales, "H6" había establecido un vínculo inusual de confianza con el duque de York, lo que encendió las alarmas.

Por su parte, Yang Tengbo ha rechazado las acusaciones de espionaje, asegurando en un comunicado que "no existe una abundancia de pruebas" y que ama al Reino Unido. Según el empresario, jamás haría algo que perjudicara los intereses del país.

El vínculo entre el príncipe Andrés y Yang Tengbo se remonta al menos al 2020, cuando este último asistió a una fiesta de cumpleaños organizada por el duque de York. Además, existen registros de varias visitas de Yang a lugares emblemáticos como el Palacio de Buckingham, el castillo de Windsor y el Palacio de St. James.

De acuerdo con documentos incautados durante la investigación, Andrés se habría ofrecido a actuar como mediador en acuerdos con potenciales inversores chinos. Una carta escrita por su asistente, Dominic Hampshire, describe al duque como "una figura en lo alto de un árbol donde muchos desearían estar". Otro documento atribuido al supuesto espía señala que Andrés estaba en "una situación desesperada, dispuesto a aferrarse a cualquier cosa".

En respuesta a la controversia, la oficina del duque emitió un comunicado asegurando que Andrés "cortó todo contacto con el individuo en cuestión siguiendo las recomendaciones del Gobierno de Su Majestad". Además, recalcaron que la relación con Yang Tengbo se dio "por vías oficiales" y que no se intercambió información de carácter sensible.

La Embajada de China en Londres ha desmentido categóricamente las acusaciones, calificándolas de infundadas y parte de una campaña destinada a dificultar el intercambio de relaciones normales entre ciudadanos chinos y británicos.

El príncipe Andrés, quien ya había sido relegado de sus funciones reales tras el escándalo de su amistad con el pederasta Jeffrey Epstein y las denuncias de abuso por parte de Virginia Giuffre, enfrenta ahora un nuevo golpe a su reputación. Aunque sigue apareciendo ocasionalmente en actos públicos, este incidente podría agravar su ya deteriorada posición dentro de la familia real.

Con investigaciones en curso y presiones políticas, este caso promete seguir siendo un tema candente en el Reino Unido, mientras se cuestiona la relación entre la familia real, el espionaje internacional y las tensiones diplomáticas con China.

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